“Educar al cliente” es una frase muy recurrente entre diseñadores. Como si se tratara de un auto convencimiento que nosotros estamos bien y es el cliente el que debe ajustarse a nuestros parámetros.

O es quizá, también una excusa para cuando el trabajo no queda como la propuesta inicial debido a los cambios y constantes modificaciones que el proyecto sufrió en el camino. La pregunta es si realmente debemos educarlo o más bien entenderlo.

A veces algunos diseñadores atienden a su cliente pensando que este ya conoce sobre de que trata el diseño; no obstante, y la mayoría de las veces, el cliente no sabe de lo que el diseñador le está hablando y esto suele traer como consecuencia un mal entendido, ya que prácticamente se habla con el cliente como si para él toda la información fuese algo cotidiano y se tiende a olvidar que se necesitan 4-5 años en una universidad para poder aprender sobre diseño gráfico.

Resumiendo, los diseñadores desean que sus clientes comprendan todo y al mismo tiempo piensan que estos no saben nada sobre diseño, así que para estas situaciones a continuación te compartimos algunos consejos sobre nuestra práctica diaria que te ayudarán a tener una visión más amplia al respecto, así que toma nota:

 

Hacer que el cliente entienda ¿Cómo “educar” un cliente para que conozca de qué trata el diseño gráfico?

 

Piensa que el cliente no conoce nada sobre diseño

A partir del momento en que el cliente solicite el presupuesto, intenta aclararle cualquier duda para saber exactamente lo que desea. Investiga si lo que el cliente dice en realidad es lo que desea decir y después de comprender cuál es la intención del cliente, es momento de comprender realmente al propio cliente.

 

Entra en el “mundo” de tu cliente y gánate su confianza

Normalmente, algunos diseñadores debido a la inseguridad, comienzan el proyecto de forma prematura para tratar de “impresionar”, sin embargo, generalmente esto causa inseguridad al cliente.

Mientras más rápido comprendas lo que el cliente requiere, el mercado en el que se encuentra, su competencia, el lenguaje que suele usar, etc., más rápido podrás ganarte su confianza. De esta manera, realmente podrás impresionarlo y lograr que esté dispuesto a aprender lo que sea preciso acerca del diseño en el transcurso del proceso de atención/creación.

 

Determina el propósito del proyecto

Los clientes suelen tener múltiples ideas, sin embargo y al apreciar su idea en forma de proyecto, es muy posible que desistan o se entusiasmen mucho más, ya que el propósito del proyecto supone determinación, es decir, que antes de comenzarlo es necesario establecer cuál es el proyecto que se desarrollara; cuál es su objetivo; cuáles son sus referencias; el plazo de tiempo en el que se llevara a cabo; como será entregado; quienes son los responsables y evidentemente, el coste final.

 

Educa al cliente

Como profesional, educar a los clientes es responsabilidad del diseñador, dado que el cliente no tiene la obligación de conocer nada de este mundo y en múltiples ocasiones, realmente no conoce nada acerca de diseño.

 

Los 10 mandamientos para evitar conflictos con los clientes

Este decálogo te ayudará a gestionar tus relaciones con los clientes de una forma muy sencilla:

  1. Agradece que el cliente haya confiado en ti para hacer el proyecto
  2. Crea un ambiente de respeto y confianza
  3. Se puntual en tus reuniones y entregas
  4. Realiza las preguntas adecuadas para conocer lo que espera el cliente de ti
  5. Presta especial atención a las fases más sensibles del proyecto: revisiones, servicios adicionales, cierre del contrato, etc.
  6. Asume los fallos propios y proponer soluciones de inmediato
  7. Ayuda al cliente a entender el proceso creativo y mantenle informado
  8. Mantén una presencia adecuada, cuidando las formas, forma de hablar…
  9. Sé flexible y abierto a otras opciones
  10. Propón una forma de pago alineada al desarrollo del proyecto

Para finalizar:

Cuando los clientes, ven dedicación y pasión por lo que haces tienden a respetarte, muéstrate seguro de lo que haces, pero mantén por delante el hecho de que eres tú quien debe aprender de ellos, quien está dispuesto a meterse en las entrañas de su negocio y como consecuencia, él lo hará también.

 

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