Cuando estamos diseñando una identidad gráfica, una de las elecciones más importantes que tenemos que hacer y que a veces nos lleva mucho tiempo, es la de las tipografías que van a representar a la marca.
Una buena combinación de fuentes va a dar como resultado una imagen coherente y sólida que hablara muy bien de nuestro diseño.
La paleta de colores que representa a una marca está compuesta por varias tonalidades. Lo mismo pasa con las tipografías, no podemos quedarnos con una sola, sino que tenemos que elegir por lo menos 2 o 3 que estén combinadas de manera correcta y que sean visualmente atractivas. Eso sí, una vez elegidas estas fuentes, debemos apegarnos a ellas y no agregar otras aleatoriamente porque esto va a disminuir el reconocimiento de la marca.
Si utilizamos 2 o 3 tipografías únicamente y lo hacemos con frecuencia, tus clientes siempre van a poder identificarte. Una marca que es fácil de reconocer transmite seriedad y confianza, lo que hará que a la larga tengas más ventas y nuevos clientes.
Este principio aplica para toda clase de empresas y marcas, como si eres un diseñador freelance o si llevas un blog en internet. Siempre vas a necesitar una identidad gráfica bien pensada y sólida.
Cómo elegir las tipografías y sus usos
Para elegir tus tipografías, primero debes tener una idea de lo que estás buscando. ¿Tu marca es juvenil y divertida? ¿O más bien es sobria y sencilla? Te recomendamos que escribas unas 3 palabras que describan la personalidad de tu marca y en base a esas palabras harás la búsqueda de las tipografías. Las dos o 3 fuentes que necesitas deberían tener este uso:
Fuente para Títulos o Encabezados
Esta es la tipografía que vas a utilizar para los títulos, encabezados o cualquier texto que necesite llamar la atención en primer lugar. Lo más recomendable es que elijas una tipografía fácil de leer, y que, dependiendo de la personalidad de tu marca sea fuerte y llamativa.
Fuente para Cuerpos de textos
Esta es la tipografía que vas a utilizar para todos los cuerpos de texto, párrafos e incluso subtítulos. Tomando en cuenta que vas a escribir grandes cantidades de texto en esta fuente y que va a tener un tamaño menor, tiene que ser lo más legible y simple posible para no cargar visualmente al lector. A la hora de elegirla, debes tomar en cuenta que haga buen juego con la fuente de los títulos, y hasta cierto punto pueden estar relacionadas.
Fuente Accent
En caso de que decidas utilizar una tercera fuente, puedes agregar una tipografía accent, es decir una fuente que sirva para acentuar o resaltar una determinada palabra o frase. Es sumamente útil sobre todo si necesitas generar un foco de atención visual que no sea un título o que tenga que ser más llamativo de lo normal. Te recomendamos que elijas una fuente atrevida y diferente a las otras dos, por ejemplo, si tus dos tipografías anteriores son Sans serif, puedes elegir una tipografía accent cursiva.
Ahora que ya sabes el uso de cada tipografía, puedes empezar a buscarlas en base a las palabras que hayas elegido de referencia. Aquí te dejamos algunos ejemplos:
Si tu marca es clásica, elegante y serena, puedes elegir una tipografía con Serif, gruesa, alta y llamativa para los títulos, y otra Sans serif delgada y simple para los textos. La tipografía accent puede ser fuente una cursiva que luzca elegante y estilizada.
Combinación de tipografías Serif, Sans Serif y cursiva.
Si tu marca es minimalista, moderna y simple, puedes elegir una tipografía Sans serif redondeada y ancha para los títulos, y otra sans serif más delgada y cuadrada para los textos. La tipografía accent puede ser una cursiva ligeramente gruesa que rompa con la estética sans serif.
Combinación de tipografías Sans Serif y cursiva.
Si tu marca es trendy, actual y divertida, puedes elegir una tipografía con Serif gruesa y muy llamativa, como las que están de moda en las redes sociales, y otra con serif ligera y delgada para los textos. La tipografía accent puede ser una cursiva muy llamativa y gruesa.
Combinación de tipografías Serif y cursiva.
Algunas reglas para combinar las fuentes
Orden y jerarquía visual
Asegúrate de que las tipografías que hayas elegido cumplan con una jerarquía visual, es decir, que se pueda distinguir la más importante y llamativa de las demás. Esto va a establecer un orden en la manera en que se procesa la información. Para lograr esta jerarquía, no solo basta con la elección de las tipografías si no también con el uso adecuado de los colores, el tamaño de la fuente, las negritas, etc.
Los opuestos se atraen
Este cliché se aplica a la hora de combinar las fuentes. Si tu tipografía de títulos es gruesa y con serif, tu tipografía de los textos puede ser delgada y sans serif. La idea es generar contraste que llame la atención.
No combines fuentes muy similares
Hasta cierto punto, las tipografías pueden estar relacionadas o tener algo en común, sin embargo, dos fuentes que lucen casi igual no funcionan de manera adecuada. Incluso puede parecer un error por parte del diseñador. Asegúrate de que la diferenciación entre las fuentes sea clara.
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