Acabas de crear el tipo de diseño perfecto para el negocio de un nuevo cliente. La estética es llamativa, los detalles inteligentes y sabes que este concepto creará sensación. Pero luego y de manera inesperada... el cliente quiere no le gusto y desea ir en una "dirección diferente"... ¿Qué pasó?
La realidad es que los grandiosos diseños no se venden solos. El diseño gráfico es una forma de arte subjetiva y puede ser difícil para los clientes saber qué elegir. Sin contexto o una presentación convincente, un cliente puede perderse todos esos detalles inteligentes que hacen de tu diseño la mejor opción. O es posible que no entiendan el pensamiento profundo detrás de tu enfoque estético. Si bien el concepto puede parecer perfecto a tus ojos, aún necesitas "vender" tu diseño al cliente.
En este artículo, compartiremos seis formas de hacer que un cliente se enamore de tu propuesta de diseño.
1. La presentación lo es todo
Al crear una marca para un negocio, es fácil olvidar lo poderosa que puede ser esa primera impresión para un cliente. Tu presentación debe dar vida a su negocio y ayudarlos a soñar con un futuro emocionante con tu trabajo de diseño como pieza central.
No se trata solo de un solo logotipo o una etiqueta de botella, se trata de una imagen más elaborada. Ayuda a tu cliente a emprender ese viaje más grande contigo, ayudándolo a visualizar el diseño en la vida real y comprender cómo podría expandirse en el futuro.
Un moodboard es una gran herramienta para ayudar a su cliente a comprender lo que está buscando.
Una fotografía de archivo puede evocar un sentimiento o una atmósfera específicos. La textura o los patrones pueden agregar interés visual. Los moodboard son una gran herramienta para ayudar a un cliente a comprender lo que está buscando. Incluso un simple mockup o un póster in situ pueden hacer que el diseño se sienta más tangible y cambiar algunos engranajes en la mente del cliente.
Una vez que hayas reunido tu concepto, también es importante considerar en qué formato presentarás el discurso de diseño. ¿Está enviando a tus clientes un PDF o presentando formalmente un Keynote? ¿Estás participando en un concurso de diseño y necesitas que la miniatura de tu diseño se destaque de otras presentaciones?
Asegúrate de darle a tu trabajo espacio para respirar, para que el cliente realmente pueda asimilarlo. Abarrotar demasiados detalles puede hacer que el discurso sea caótico y difícil de digerir.
2. Contextualiza tu diseño
Como parte de tu presentación, siempre es importante explicar tu trabajo. Tu cliente no es un lector de mentes. Ayúdalo a comprender el proceso de pensamiento detrás del diseño guiándolo claramente a través de tu enfoque y señalándole cualquier detalle interesante.
Contextualizando el significado detrás un diseño de logo.
¿Por qué elegiste esta iconografía, paleta de colores o estética específica? ¿Hay huevos de Pascua inteligentes ocultos en el diseño? Si bien es posible que hayas creado algo inteligente y reflexivo, tu cliente puede perderse mucho si no se lo señala.
Para realmente llevar una presentación a casa, debes usar palabras clave de tu informe creativo para demostrar cómo has escuchado sus necesidades y las ha aplicado en tu trabajo. Esto ayuda al cliente a conectar con tu diseño y tu visión más claramente. Ellos apreciarán tu atención.
3. No te quedes estancado en los detalles
Si le brindas a tu cliente múltiples opciones para un proyecto de diseño, asegúrate de que cada una tenga un punto de vista sólido. Deseas que el cliente compre primero el concepto general. Al presentar opciones de diseño que son demasiado similares, es posible que se vea atrapado en discusiones sobre colores y opciones de diseño demasiado pronto.
Dos conceptos de un mismo logotipo muy diferentes.
Un lanzamiento se trata realmente de determinar la dirección general que tu cliente quiere seguir y ganarse tu entusiasmo. Una vez que tu cliente elige una dirección, puedes comenzar el proceso de retroalimentación. Pero, de nuevo, tú eres el experto: haz parte del trabajo pesado por tu cuenta antes de hacerle ajustes al cliente. A veces es mejor hacer algo bien y ofrecer menos opciones, para que el cliente pueda brindar una retroalimentación más clara sin sentirse abrumado.
4. Muestra cómo te ajustas a la industria
¿Cómo se mantiene tu diseño frente a la competencia? Esa es una gran pregunta en la mente de cada cliente. Como diseñador, puedes ayudarlos a visualizar esto haciendo una investigación competitiva en su industria. ¿Tu cliente quiere igualar la estética de los demás o ir en una dirección completamente diferente?
Por ejemplo, supongamos que tu cliente está iniciando un negocio de moda de alta gama. Puedes mostrarles cómo tu logotipo puede compararse con otros en la industria con una retícula visual de logotipo bastante simple:
Presentar tu diseño de esta manera ayuda al cliente a ver cómo se compararía su marca y (si se hace con éxito) en última instancia, como competiría y se vendería. Ya sea que busquen integrarse o destacarse, esta es una manera fácil de comprender cómo encajaría tu concepto en el mercado.
5. Elije tus palabras con cuidado
Kerning. Raster. Vector. DPI. Pantone. El diseño gráfico tiene un léxico único: no todos hablan el idioma. Cuando se trabaja con clientes, es importante traducir el vocabulario de diseño en algo que sea más accesible. Después de todo, son un colaborador clave en tu proceso creativo.
Recuerda que el cliente sabe poco o nada de términos de diseño.
Piensa en cómo hablar de diseño de forma universal. Por ejemplo, palabras como “tracking” puedes llamarlas como "el espacio entre letras". Palabras como "sangrado" pueden denominarse "el área impresa que se superpone al borde cortado".
Las conversaciones bien escritas o fáciles de entender pueden decir mucho más sobre un diseñador que su sólido vocabulario de diseño.
6. Dale espacio a tu cliente
¿Alguna vez has sido víctima de un vendedor agresivo? Imagina que estás navegando por una tienda y, de repente, te están guiando por todos los rincones de la tienda, tratando de venderte más en el proceso. Lo que estaba destinado a ser una experiencia de compra tranquila se ha convertido en una situación estresante.
No seas ese vendedor. Después de compartir tu propuesta con un cliente, dale un poco de espacio para que reflexione sobre todo lo que le has expuesto. Mantente disponible haciéndole saber que estás siempre de buen humor para responder cualquier pregunta o cuando solicite programar una reunión de seguimiento para volver a conectarse.
Les has dado mucho que digerir. Déjalo hacer eso sin malestar estomacal.
Conclusión
Al final, presentarle tu diseño a un cliente puede ser muy parecido a una cita. Si eres honesto, confiado y accesible, tus clientes te verán cómo alguien con quien podrían trabajar felizmente durante mucho tiempo.
Al profundizar en tus conceptos de diseño y comunicar tus pensamientos con claridad, les brindará el contexto que necesitan para reflexionar y ofrecer comentarios sobre tus diseños. Y al escuchar atentamente sus necesidades y reflejarlas en tu trabajo, demostrará cómo puedes ser un gran socio colaborador y vender tu trabajo.
Si bien es posible que no consigas todos los clientes que se te presenten pero, ¡estos simples consejos deberían darte una ventaja competitiva!