Como saber si un proyecto de diseño es el más adecuado

Como es costumbre en G-Tech Design siempre te compartimos los mejores tips para creativos y diseñadores, y en esta ocasión te compartimos una guía de cómo saber si un proyecto de diseño es adecuado para ti, esperamos sea de gran ayuda.

¿Alguna vez has aceptado un proyecto DE DISEÑO que pensaste sería perfecto para ti, pero que terminaste odiando durante todas las etapas?

No te preocupes, tú no eres el único, a todos nos ha pasado.

Y aunque en algunas veces logramos evitarlos en el momento adecuado, otras veces no alcanzamos a darnos cuenta a tiempo. Y terminamos luchando para sacar adelante ese enredo en el que nos metimos.

Incluso yo tuve muchos proyectos así durante mis primeros años como independiente. Pero ahora, con años de experiencia y mucho conocimiento aprendido, puedo decirte como evitar esos proyectos que definitivamente no deberías aceptar.

Así que para evitar todo eso, acá tienes la mejor manera de identificar si un proyecto es adecuado para ti o no.

¿Estás emocionado por ese proyecto?

¿Qué sentimiento te produce pensar en ese proyecto? ¿Está más cercano a la emoción o se inclina más hacia la pereza?

Cuando no estás interesado en un proyecto tu mente te lo dice desde las primeras etapas y esa sensación se verá reflejada en el producto final.

¿Lo has sentido alguna vez?

Cuando estás emocionado de trabajar en un proyecto y disfrutas lo que haces, estás más dispuesto a prestar atención a los detalles y a dar todo de ti para conseguir el mejor resultado posible para tu cliente.

De esa manera tanto tú como él, estarán orgullosos del resultado.

¿Qué pasa si el sentimiento es diferente?

Si el proyecto es algo que no te motiva, bien sea por el cliente o por el trabajo en sí, es más fácil sentirse desmotivado y alargar el proyecto procrastinando.

Encontrar la tipografía adecuada o seleccionar los colores perfectos resultan una pesadilla en lugar de una divertida etapa del proceso creativo.

Así que rápidamente te vas a encontrar evitando cada una de las etapas del proyecto en el que trabajas y seguramente evitando a tu cliente.

Por eso, lo mejor que puedes hacer antes de aceptar un nuevo proyecto es:

Detenerte…

Y hacer un balance de tus sentimientos.

La verdad es que no siempre vas a amar cada uno de los proyectos en los que trabajas.

A veces simplemente no importa lo divertido que sea el proyecto, algunas veces no estás motivado o tienes un mal día.

Pero nunca debes trabajar en un proyecto o con un cliente que no te motiva en lo más mínimo.

No es justo contigo (obviamente) y tampoco es justo con tu cliente.

 

¿Qué debes preguntarte antes de cada proyecto?

Debes arrancar cada proyecto con una pregunta importante:

“¿Lo harías gratis?”

Si la respuesta es un rotundo “SI”.

Ya sabes que es un trabajo que harás con toda tu pasión.

Si tu respuesta es un “NO”.

Deberías rechazar el proyecto de manera categórica y seguir con tu vida.

¿Y si estas en el medio?

No te preocupes que la mayoría de proyectos estarán ahí.

Lo que debes hacer es tomarte tu tiempo y evaluar detalladamente el proyecto. Por un lado, la parte económica y por el otro lado lo que representa el proyecto en sí.

Si alguna de las dos te emociona, puedes pensar en aceptar el proyecto.

Pero si ninguna de las dos opciones te genera motivación…

Recházalo antes de que sea demasiado tarde.

 

Si sabes qué tipo de clientes/proyectos quieres, es más fácil encontrarlos.

Ya se ha comentado anteriormente sobre cómo puedes detectar clientes problemáticos o cómo vender tus servicios sin bajar tus precios.

Esto te permitirá la oportunidad de trabajar con las empresas que te gustan y en los proyectos que tu elijas.

Pero seguramente sigues recibiendo consultas de clientes que simplemente no van contigo, tus precios o servicios.

Como, por ejemplo:

Si te dedicas a trabajar principalmente en diseño web, pero te llega un cliente para hacer diseño editorial o ilustración, pero que ofrece pagar tus tarifas.

Seguro te estarás diciendo, “¿De una, para qué pensarlo?”

Pero espera…

Porque esos proyectos que no encajan perfectamente entre tu público objetivo y tus servicios, ofrecen un menor beneficio para tu negocio (recuerda que si eres independiente eres tu propio negocio), ya que seguramente no te servirán para tu portafolio.

¿Deberías tomar un cliente que no hace parte de tu público objetivo?

Depende…

Si el proyecto te gusta, paga bien o no tienes otros clientes en ese momento, aprovecha y diviértete probando cosas nuevas.

Puede ser la oportunidad de probar nuevas audiencias, técnicas o procesos y sobretodo de obtener un aliado que te pueda recomendar con alguien más.

Pero si no ofrece beneficios para ti y lo aceptarías solo porque no quieres decir no, déjalo ir y trabaja en lo que te realmente te apasiona.

Es mejor trabajar en un proyecto personal que te ayude a posicionarte como el creativo que quieres ser, a perder tu tiempo en un proyecto que no genera beneficios para ti.

 

Hablar de precios a tiempo es la mejor manera de conocer las intenciones de tu cliente

Estoy seguro que no te gusta hablar de números, ni dar precios a tus clientes. Pero es un tema que no puedes dejar de lado, además es un tema que tampoco debes dejar para último momento.

Tu siempre debes ser el primero en tocar el tema para evitar perder tu tiempo.

Mi recomendación es escuchar el tipo de proyecto que tu cliente desea y una vez tengas la información suficiente, entrar en el tema de los precios.

Puedes hablar de tus tarifas de dos maneras

  • Preguntando por el presupuesto que tiene el cliente para el proyecto (la mejor opción).
  • Dando un rango de precios de lo que cobras por cierto tipo de proyectos.

En mi caso, luego de escuchar lo que mi cliente desea o necesita, acostumbro preguntar el presupuesto; tanto en dinero, como en tiempo para tener una idea. Si el cliente no tiene claro aún ese tema, antes de involucrarme demasiado, le doy un rango de precio para ese tipo de proyectos.

Esto generalmente sucede entre los primeros contactos que tengo con él directa o indirectamente. (es decir en mi formulario de contacto, una llamada telefónica, skype o por correo)

Y tú deberías hacer lo mismo.

Si luego de tocar el tema de los precios, las dos partes están dispuestas a continuar con la negociación. El proyecto va por buen camino.

Pero lo más común es encontrar este tipo de situaciones:

Cuando los clientes desaparecen luego de escuchar tus precios:

Aunque parezca lo peor que puede pasar, no lo es.

Esta es tu oportunidad de aprender sobre tus clientes.

Así que puedes escribirles nuevamente algunos días después ofreciendo responder las preguntas que puedan tener y de esa manera podrás conocer más de cerca las posibles objeciones de trabajar contigo.

De esas preguntas puedes obtener mucha información de valor y puede dejar la puerta abierta para cuando las condiciones cambien.

Eso sí, en este caso lo recomendable es enviar un primer correo, acompañado de un correo de seguimiento algunos días después en caso de que el primero no tenga respuesta.

Si no responden, no te recomiendo que ruegues por ningún proyecto.

 

Cuando los clientes te piden rebaja:

En este caso puedes ofrecerles eliminar algunas partes del proyecto, eso reduciría la cantidad de trabajo y por consiguiente el costo total del proyecto.

Si aun así no les parece adecuado, lo mejor es recomendarlos con alguien más.

Pero cuidado porque puede ser alguien que no valora tu trabajo lo suficiente.

Todos esos clientes que quieren disminuir el costo de un proyecto ofreciendo “contactarte con alguien más”, “promesas de futuros trabajos”, “exposición” a cambio de trabajo, deberías enviarlos al olvido.

Nota: Si todos los clientes que llegan a ti, pagan tu tarifa sin problema. Estas cometiendo un error y deberías comenzar a cobrar más.

Así que deja tu miedo y comienza a hablar de precios cuanto antes, porque si lo dejas para última hora, puede ser demasiado tarde.

 

Ofrece lo que puedes hacer y se honesto en lo que no puedes hacer

Cada proyecto es diferente y en algunos casos, la falta de información puede llevarte a subestimar la cantidad de trabajo, el tiempo o los requerimientos técnicos del proyecto.

Por eso debes tener claro todos los puntos antes de pasar un presupuesto final a tu cliente y debes dejarlo claro en la propuesta que envíes.

Pero si te ha pasado, no te preocupes…

A mí también me paso muchas veces.

Cuando eso sucedió, tuve que contratar a alguien externo para que me ayudara a lograr un resultado determinado, o invertir mi tiempo aprendiendo y probando para crear algo que pensaba era más fácil de hacer.

Eso nos sucede a todos en algún momento, sobre todo al comienzo.

Así que evita ofrecer servicios o proyectos que se salen de tus manos y que no sabes con certeza si los podrás realizar. Siempre es mejor ser honesto con tu cliente.

 

Esto es lo que puedes hacer para evitarlo

Antes de presupuestar cualquier proyecto, evalúa detenidamente las necesidades de tu cliente y las aptitudes necesarias para llevarlo a cabo.

Ten en cuenta tu capacidad para hacerlo en el tiempo determinado o si debes aprender sobre algún tema, incluso ten en cuenta si debes subcontratar alguna parte del proyecto.

Aprender cosas nuevas hace parte de ser un mejor creativo y si no aprendes nada nuevo en cada proyecto, te vas a encontrar fácilmente en una zona de confort que te impedirá mejorar como profesional.

Pero tampoco deberías tomar proyectos de los que no tienes idea lo que vas a hacer, porque estarás poniendo en riesgo tu marca y la de tu cliente con tu inexperiencia.

Igualmente debes dejar claro desde el inicio las condiciones del proyecto y explicarle a tu cliente cuál es tu labor como (inserta acá tu título).

Es decir…

En mi caso, yo soy Director de Arte y Asesor de Marcas. (aunque mis clientes me ven como un Diseñador Gráfico)

Mi cliente debe tener claro que no es lo mismo un Diseñador que un desarrollador o un animador 3D.

Aunque tengo experiencia y conocimiento en esas áreas, no soy un experto, y por esta razón no me comprometo a realizar proyectos que no están entre mis competencias o que simplemente no me interesan.

No quiero terminar entregando algo que no está bien hecho o que me tomará más tiempo del debido.

Así que está bien que aprendas, pero no a expensas de tus clientes.

Debes practicar y estar seguro de lo que vas a hacer antes de jugar con los archivos de tu cliente y tu reputación.

 

Para avanzar en un proyecto de manera fácil, la mejor herramienta es la comunicación.

Como en todas las relaciones, la comunicación es crucial para avanzar por el camino correcto.

Puedes estar muy emocionado con un proyecto, pero si el cliente y tú no se pueden comunicar, entonces el proyecto está condenado al fracaso.

Los dos deben estar en la misma página a todo momento y hablar el mismo idioma.

No importa que tan maravilloso suene el proyecto, si las dos partes no pueden expresar fácilmente sus opiniones, difícilmente podrás entregar lo que el cliente necesita.

Para evitar estos problemas debes definir una manera de comunicación clara desde los primeros contactos. Busca el mejor medio para que comunicarte correctamente con tu cliente.

 

Ten en cuenta la disponibilidad de tu cliente y las herramientas que tiene a su disposición

¿Qué te parece compartir la pantalla durante una llamada de skype?

Esto puede ayudar a que tu cliente vea el proyecto como tú lo quieres, pero si no sabe hacerlo puede resultar un problema y no una solución. En ese caso podrías usar videos cortos para mostrarle tu visión.

También puedes incluir screenshots en los correos para rastrear las modificaciones y explicar mejor cada parte.

Para la mayoría de proyectos, mi herramienta preferida es InVision. donde puedo enviar imágenes con indicadores para que tu cliente vea y comente lo que necesite.

Deja de hablar de términos técnicos que tu cliente no los entiende

El peor error que cometemos los creativos es tratar de demostrar nuestra experiencia hablándole a nuestros clientes de densidad de pixeles, proporciones áureas, teoría del color o lenguajes de programación.

Si quieres ser visto como alguien de valor, debes hablar de soluciones, de objetivos y de metas.

Así que aleja los términos técnicos de las conversaciones con tus clientes.

Simplemente define el mejor tono y medio de comunicación con tu cliente para evitar problemas y avanzar de manera eficiente durante todo el proyecto.

Si puedes comunicarte de manera clara con tus clientes, tus proyectos se pueden convertir en un día en parque.

Nota: La mejor manera de comunicarte con tu cliente, es hablándole de tu trabajo como si lo hicieras con un niño de 10 años.

 

Camina de la mano de tu cliente hacia los mismos objetivos

Realizar cualquier proyecto, escúchame bien, cualquier proyecto Sin un objetivo claro, no tiene sentido.

Así como no tiene sentido tener una lista de “clientes potenciales” que no necesitan tus servicios.

Siempre debes tener un brief claro para conocer los objetivos del cliente y así saber si puedes ayudarle a conseguirlos.

Si tu cliente no tiene claras las razones por las que quiere un nuevo sitio web, por ejemplo, debes ayudarle a encontrar el propósito y el objetivo del proyecto. (en algunos casos, este proceso puede representar un costo adicional para el cliente.)

Otros clientes (y es algo que sucede mucho últimamente) tienen objetivos equivocados por los cuales desean contratar tus servicios.

En cualquiera de esos casos debes ayudarlos y guiarlos por el camino correcto. Ofrecerles soluciones a sus problemas y no “adornos” que no lo van a ayudar.

Algunos clientes pueden tener las cosas súper claras desde antes de contactarte y eso hará tu trabajo mucho más fácil.

Si tu cliente tiene claras las ideas, sus objetivos del proyecto son realistas y te consideras la persona adecuada para ayudarle a conseguirlos.

¡Qué esperas! no dejes pasar ese proyecto.

Solo una cosa más: No le ofrezcas a un cliente un servicio que no le va a servir para nada, solo para cobrar más.

 

El proyecto tiene fechas realistas

Ya que la mayoría de personas no valoran la creatividad como se debería y tienen una idea errada de lo que hacemos como profesionales, lo más común es encontrar clientes que quieren las cosas hechas para ayer.

Así que conocer las fechas estimadas del proyecto es muy importante (al mismo nivel que el presupuesto económico). Así podrás saber en términos de fechas, si las cosas se acomoden a tus horarios y a tus tiempos de trabajo.

Nada peor que un cliente que te contacta un jueves en la tarde para saber si puedes hacerle un comercial animado de 30 segundos para el día siguiente…

Ese ejemplo te lo doy porque me paso cuando regrese a Colombia.

Ten en cuenta el tiempo que necesitas para sacar adelante cada proyecto

Por eso, si el tiempo no se acomoda a tus fechas o es irrealista no lo aceptes.

Si un proyecto representa cualquier tipo de sobrecarga para ti, debes cobrar un poco más y explicarle a tu cliente las razones.

Pero si el cliente está listo para ajustarse a tu disponibilidad, ya tienes una gran parte ganada.

Solo debes organizar el cronograma y listo.

Pero si tu cliente tiene fechas irrealistas o cree que se puede hacer rápido… no lo aceptes.

 

Pero para ser honesto, la mejor señal es… tu instinto.

La mayoría de creativos que conozco dicen que aceptan proyectos confiando en su instinto.

Más allá de estos consejos o de los que puedas leer en cualquier otro lado, si tu sientes que el proyecto no te llama la atención o que el cliente te genera desconfianza.

Declina amablemente la oportunidad y sigue con tu vida.

Si quieres ser feliz haciendo lo que te gusta. Sigue tus instintos y evita los proyectos que no te dan buena espina, o aquellos con los que no te sientes cómodo.

 

Finalmente, ¿ese proyecto es para ti?

Si llegaste hasta acá, te podrás dar cuenta que un proyecto puede simplemente no ser para ti, no siempre es por culpa de un mal cliente.

Si no estás motivado para trabajar en un proyecto, no se alinea a tus principios, o simplemente no te llama la atención, déjalo pasar.

Ten presente que tu juegas el papel más importante en el futuro de cada uno de los proyectos que decides realizar.

Repasar estos puntos y tenerlos en cuenta a la hora de aceptar un cliente se verá reflejado en la calidad de trabajo que podrás realizar, en la motivación que sentirás durante el proyecto y por consiguiente en la satisfacción tuya y de tu cliente con el producto final.

Una parte a tener en cuenta para lograr el éxito y mejorar tu negocio como creativo independiente, es buscando esos proyectos que sean útiles para ti y que te ayuden a posicionarte como un profesional exitoso en tu campo de acción.

Recuerda que el éxito de tus proyectos como creativo independiente depende de ti y de tomar las decisiones correctas como freelance antes, durante e incluso después de cada trabajo.

Conclusión

Si el proyecto no es para ti, sin importar la razón. Nunca te sientas culpable de decir que no a un cliente, si no te sientes cómodo aceptándolo, debes decir que no.

Pero recuerda recomendar siempre una solución a tu cliente, bien sea recomendando a un colega tuyo que pueda estar interesado en ese proyecto o alguna herramienta o plataforma.

 


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