Ya has publicado todo tu trabajo de diseño gráfico en línea, entonces, ¿Quién necesita realmente un portafolio impreso? De hecho, invertir tiempo para crear un portafolio impreso excepcional puede resultar muy rentable, incluso si tu trabajo es estrictamente digital.
A diferencia de los portafolios en línea, no se puede hacer clic en los portafolios físicos. Dado que son objetos físicos que ocupan espacio, los clientes pueden redescubrirlos incluso después de guardarlos (mucho después de haber eliminado tu portafolio web de sus favoritos). Cuanto más cuidado y esfuerzo pongas en hacer que tu portafolio impreso de diseño gráfico se vea bien, más difícil será para los clientes desprenderse de él.
Considera los siguientes ejemplos de portafolios impresos de diseñadores gráficos de todo el mundo. ¿Le resultarían fáciles de desechar a algún cliente? Los artistas que los crearon hicieron todo lo posible para mostrar al mundo no sólo su capacidad para diseñar, sino también su capacidad para pensar fuera de lo común.
1. Preséntate como una marca
Vía: Gioia Calzavara
El foco de tu portafolio siempre debe ser tu trabajo y los resultados que genera, no necesariamente tu como persona, pero aun así necesitas tener algún tipo de presencia en todo el diseño de tu portafolio. La mejor estrategia es presentarte como una marca. Esto no significa que necesites desarrollar una nueva “marca”; tu propio nombre puede funcionar bien.
En este ejemplo creativo, vemos que la artista convirtió su nombre en un logotipo, lo que permite repetirlo en todo el portafolio para ayudar a generar conciencia de marca. Un símbolo puede representar mucho más para un cliente potencial que solo tu nombre e información de contacto. Te presenta a ti y a tu trabajo como un gran concepto.
Marcarse a sí mismo también le demuestra al cliente que se es capaz de construir y mantener una identidad de marca, lo que significa que puedes hacer lo mismo por él.
2. Redefine lo que puede ser un portafolio impreso
Vía: Alper Yildirim
Podría decirse que un portafolio puede ser cualquier cosa siempre que sea capaz de mostrar tu trabajo de diseño de manera positiva. Dado que la forma del portafolio en sí es maleable, debe cambiar para adaptarse a tu trabajo, y no al revés. Un portafolio impreso debe adoptar una forma que te ayude a mejorar tus ideas y tu identidad como artista.
Vía: Alper Yildirim
En este ejemplo, el artista gráfico muestra sus diseños arquitectónicos en una gran hoja de papel, que utiliza un elegante plegado para crear un paquete ordenado. Este tipo de presentación tiene sentido para un diseñador arquitectónico, porque sus clientes están acostumbrados a mirar planos, planos de planta y otros medios impresos de gran formato. Un portafolio como este, resonará para ese giro de cliente, porque le resulta familiar y, por lo tanto, es más atractivo.
3. Se sorprendente
Vía: Raúl Pasco
Todo el mundo siempre habla de la importancia de las primeras impresiones, pero nadie menciona lo importantes que pueden ser las “segundas impresiones”. Nada supera ese momento en el que deslumbras y deleitas por completo a tu audiencia sorprendiéndola con un elemento completamente nuevo. Imagina que tu portafolio le cuenta a la audiencia una historia sobre el trabajo que haces; engánchalos con un giro inesperado.
Vía: Raúl Pasco
Este portafolio impreso puede parecer modesto desde el exterior, pero cuando el público lo abre, aparece un robot tridimensional. Es este tipo de espontaneidad es lo que los clientes potenciales realmente recuerdan.
Lo mejor de todo es que la sorpresa proviene de un elemento interactivo, lo que significa que la audiencia desarrollará una conexión más fuerte con él, ya que participaron en darle vida.
4. Cuenta la historia detrás de tu trabajo
Recuerda que las personas que vean tu portafolio están poco familiarizadas con tu trabajo de diseño. Sólo porque algo se vea bien no significa que los clientes sabrán lo que están mirando o cómo surgió. Incluye estos detalles en tu portafolio para que el cliente tenga una idea del proceso y a la vez, una idea de qué esperar de ti.
Vía: Marta Vargas
Este portafolio impreso utiliza un diseño con inserciones cosidas que primero presenta la historia detrás de cada obra y luego invita al público a mirar dentro y ver la obra por sí mismos. Este tipo de calidad de libro ilustrado permite que la audiencia se involucre mientras sigue la historia de cómo surgió el trabajo, en un formato que es fácil de seguir y no excesivamente prolijo.
¿Recuerdas que tus profesores en la escuela siempre te decían que “muestres tu trabajo”? Saber cómo se hizo algo y aprender sobre el proceso que llevó a cabo el artista gráfico puede ayudar a la audiencia a involucrarse más personalmente en ello. No se trata sólo del resultado final sino también del trabajo realizado. El clásico “work in progress”
5. No tengas miedo de lucirte
Vía: Federico Cardoso
Los portafolios impresos de diseño gráfico tienen como objetivo causar una buena “impresión” (vaya la redundancia), pero no lo lograrás reprimiéndote. No tengas miedo de confiar en tu instinto, porque si creas algo que te entusiasme, en última instancia, entusiasmará a tus clientes.
Vía: Federico Cardoso
En este ejemplo, el artista transformó su portafolio en una revista, algo que la gente suele hojear, leer e incluso guardar en su escritorio. Al presentar sus diseños en este formato, el diseñador gráfico comunica un mensaje positivo a la audiencia sobre su trabajo. Una revista suele presentar diseño y fotografía de calidad profesional, por lo que, al presentar un portafolio como una revista, le está diciendo a la audiencia que su trabajo es de una calidad comparable. ¿Y qué cliente podría discutir esa afirmación cuando tiene la prueba frente a él?
6. Da una razón para conservar el portafolio
Vía: Randall Barriga
El carácter físico de un portafolio impreso hace que al cliente le resulte difícil deshacerse de él, incluso si no tuvo una buena primera impresión tuya. La única forma que tienen los clientes de deshacerse de un portafolio físico es desecharlo; Para muchas personas, eso puede parecer un desperdicio. Puedes explotar este talón de Aquiles de los clientes dándole a tu portafolio una función secundaria para que quieran conservarlo por más tiempo.
En el primero de nuestros ejemplos, el artista no sólo utilizó un estuche de corcho para causar una buena primera impresión, sino que también imprimió cada obra de su portafolio como una página de un calendario. Esto le da al destinatario una razón para conservar el portafolio al menos durante el resto del año, y cada mes, cuando cambia el calendario, el cliente tiene una razón para pensar en el diseñador gráfico una vez más.
Vía: Kyle Diorio
Este portafolio de diseño viene en una bolsa de lona con instrucciones explícitas para el destinatario: llévelo con él cuando salga a hacer "cosas geniales". Esto no sólo anima al cliente a conservar una parte del portafolio durante mucho tiempo, sino también a pensar en el artista durante las actividades recreativas, cuando está de buen humor y es más probable que reaccione positivamente.
7. Haz que tu trabajo sea compartible
Uno de los beneficios percibidos de un portafolio en línea es que cada trabajo que compartes en internet puede valerse por sí solo; se puede compartir fácilmente a través de las redes sociales o mostrarse en otros sitios web. Pero los trabajos de tu portafolio impreso también se pueden compartir, siempre y cuando diseñes tu portafolio de tal manera que lo permita.
Vía: Raquel Boavista
Tomemos como ejemplo el portafolio, que contiene varias impresiones sueltas diferentes del trabajo del diseñador gráfico divididas en diferentes sobres. Las impresiones funcionan como postales, lo que permite al cliente enviar el trabajo del artista a otras personas o incluso exhibirlo como decoración. Cuando las muestras de un portafolio impreso se pueden compartir lo más posible, es mucho más probable que queden expuestas a otros.
8. Muestra más de un talento a la vez
Si eres un diseñador con muchos talentos, te corresponde mostrarlos. ¿Programas? ¿Puedes encuadernar un libro? ¿Sabes cómo serigrafiar una camiseta impresa? Incorpora estas habilidades a tu portafolio; probablemente no encontrarás un cliente que quiera utilizarlas todas, pero demostrará que puede ir más allá.
Vía: Katrin Kreiner
Aquí hay un portafolio impreso que no rehúye mostrar el hecho de que fue hecho a mano. Cada uno de los tres folletos del portafolio del artista fue encuadernado y troquelado a mano, un hecho que el diseñador gráfico decidió mostrar con orgullo con una etiqueta hecha a medida. Este tipo de consideración y atención al detalle muestra a los clientes que estás dispuesto a aprender cosas nuevas y que no tienes miedo de ensuciarte las manos.
9. No descuides los medios digitales
Vía: Michal Kulesza
El hecho de que tu portafolio esté impreso no significa que debas descuidar todo el trabajo digital que has creado. No estarás cometiendo ningún tabú si imprimes capturas de pantalla de tu trabajo digital en tu portafolio. Pero al mismo tiempo, lo ideal sería ver los medios digitales en un dispositivo digital; Como mínimo, debes incluir una URL o un código QR que enlace a tu portafolio en línea.
Lo mejor que puedes hacer es incluir tu trabajo digital junto con tu trabajo impreso. Este portafolio contiene una pequeña muestra de trabajo impreso con un CD que contiene más ejemplos de arte digital. Dado que el CD y el portafolio están diseñados para agruparse, significa que uno nunca está lejos del otro.
Vía: Michal Kulesza
Y hay algo que decir sobre el carácter físico de los medios digitales. Guardar un portafolio online en favoritos se olvida fácilmente, pero es fácil conservar un CD que realmente puedes “sostener” en tus manos.
10. Ofrece a la audiencia algo con lo que interactuar
Vía: Jenna Mack
Cuando descubrimos algo por primera vez, utilizamos los cinco sentidos al unísono para crear una memoria sensorial. Cuanto más sentidos se ven afectados, más fuerte se vuelve el recuerdo. Dado que los portafolios impresos son objetos físicos, ofrecen una ventaja sobre los portafolios digitales al estimular el sentido del tacto.
En este portafolio de ejemplo, el artista utiliza una serie de técnicas diferentes para brindar interacción, desde troquelado creativo y efectos de relieve hasta el estuche de transporte de construcción única que abre ambos cajones al mismo tiempo. Brindar al público la oportunidad de experimentar el portafolio con sus manos y con sus ojos hace que el trabajo sea mucho más atractivo y memorable.
Vía: Jenna Mack
Conclusión
Aunque tendrás que romper moldes si quieres crear un portafolio impreso verdaderamente creativo, recuerda no sacrificar la funcionalidad. No basta con ser creativo si esa creatividad dificulta la comprensión o utilización de tu portafolio. Los clientes quieren un diseñador gráfico que pueda ayudarlos a hacer llegar su mensaje a la audiencia. ¿Por qué pensarían que puedes hacer eso si tu portafolio no les transmite tu mensaje?